Quizás en algún momento has llegado a pensar… Puede que creas que soy un ser simple fácil de manipular, fácil de traer y llevar, fácil de engañar.
Pero tú no puedes engañarme. Sé quién eres en realidad… Tu belleza es una excusa, que solo la usas como armadura. Sé que, piensas que crees que te hace menos vulnerable más dura, más distante de todo lo importante, pero en realidad, es tu parte más frágil y es solo la fachada, la punta del iceberg para no dejarte ver, quien y como eres en realidad…
Pero sé, que por dentro eres de acero, eres fuerte, dura, leal, inquebrantable a pesar del sufrimiento con el que te ha tocado en la vida lidiar.
Preocupada más por las personas que amas que por ti misma, a pesar de que ese amor por ellos te haga vulnerable.
Eres fiel a tus principios y aunque sepas que muchas veces no puedes vencer, eres capaz de luchar contra el propio viento, contra el aire, y no sé ni puedo explicarme por qué soy capaz de ver en ti.
Si, nunca te mostraste… si ni tan siquiera me has permitido mirar… pero lo hago sin saber cómo ni por qué, para qué, pero consigo ver en ti.
Y a pesar de que usas el engaño contra mí, no sé si por desconfianza, por necesidad, por soledad, por costumbre o simplemente porque no entiendes, que hay algo en mí, que quizás podría ayudarte a superar, las dudas, el dolor, el sufrimiento que la vida ha enganchado a ti en modo de duros y crueles acontecimientos, llenándote de heridas con las cuales resulta muy difícil convivir…
Unas heridas que una a una, no has permitido dejarlas marchar… permaneciendo vivas en ti. Que duelen a pesar del tiempo transcurrido, como si hubieran sucedido ayer o como si hoy mismo hubieran sucedido y quizás solo quizás en eso sí, pueda serte útil mi acompañar.
Quizás, solo quizás sea eso lo que te mantiene de algún modo conectada a mí.
Si ya ves, se en parte quién eres a pesar de tu armadura… y sabes que, soy una grieta en ella que no te quieres permitir…
© copyrigth | José Luis Vaquero
Es Hermoso ese escrito, y tan real y en algún momento de nuestras vidas hemos tenido que cubrirnos con esa armadura, pero uno se levanta y continúa y ves que todo pasa una razón y solo agradeces y vuelves a ser libre Gracias Gracias Gracias
Gracias Miroslavia por tu comentario, es cierto todos tenemos alguna grieta en nuestra armadura algunas las permitimos nosotros mismos otras nos las impone la vida, un fuerte abrazo.
Todos tenemos una debilidad que no queremos mostrar a los demás porque no queremos volver a sufrir,o por las circunstancias que estás pasando en ese momento…
Pero quién te conoce bien,sabe ver a través de la grieta de tu coraza.