Nuestra felicidad nunca podrá estar en las manos de quién nos hace sufrir. No nos valoran o no nos hace sentir.
Porque… Nuestra felicidad no depende de factores externos como las acciones de otras personas. Es un estado emocional que nace de nosotros mismos y de nuestra percepción del mundo.
Cuando permitimos que otros determinen nuestro valor, nos volvemos vulnerables a su aprobación o desaprobación. Nuestro valor como personas es algo propio y no debe depender de la opinión de los demás.
Si buscamos la felicidad en las manos de quien nos hace sufrir, estamos menospreciando nuestras propias necesidades y deseos.
© copyrigth: Jose Luis Vaquero