Sabes, pensé que… no lo soportaría. Pero ahora sé que todo pasa, lo tuyo también. Porque no dura un huracán toda la mañana.
En realidad, los pensamientos son también así, a veces muy duros, revueltos, desgastadores; tormentas que a veces, solo a veces, se convierten en ciclones, pero todo pasa.
Ese cúmulo de fuerzas que en la naturaleza se alían para hacer algo extraordinario… todo sucede por algo. Es la realidad que nos toca aprender, y a pesar de que en apariencia pueda parecer destructiva, muchas veces es regenerativa.
La realidad es que en el mundo de las emociones hay huracanes que vienen a regenerarnos, a pesar de sus destrucciones.
Si hoy aprendí que no dura un huracán toda la mañana, sí, estoy pensando en ti.
REFLEXIÓN:
Sabes, hoy me di cuenta de algo importante que me había pasado desapercibido hasta ahora, algo que pensé que no sería capaz de sobrellevar. Pero ahora veo que así como no hay huracán que pueda durar toda la mañana, lo mismo sucede con mis tormentas emocionales.
Al principio, los pensamientos eran como un torbellino en mi mente, intensos y desgastadores. A veces, incluso se convertían en ciclones destructivos que parecían no tener fin. Pero todo eso, y esto al final, también pasará; estoy convencido de ello.
Es increíble cómo la naturaleza, con todas sus fuerzas en juego, puede crear algo extraordinario incluso en medio de la destrucción aparente. Y así es en el mundo de las emociones. Hay huracanes que, aunque puedan parecer destructivos, en realidad están ahí para regenerarnos, para hacernos ver y percibir otras realidades posibles. Son lecciones difíciles pero necesarias.
Hoy, al recordar que los huracanes no duran toda la mañana, no puedo evitar pensar en ti. Es como si esta lección estuviera conectada contigo de alguna manera, y empiezo a comprender que es realmente la hora de ponerle fin a los recuerdos que aún quedan en mí.
© copyrigth | Jose Luis Vaquero.