«El Poder de la Conversación con Uno Mismo»
Clara se quedó mirando su reflejo en el espejo, como si buscara respuestas en los ojos de la mujer que la observaba desde el otro lado.
Había algo distinto en esa mirada, algo que antes no estaba allí. Una chispa, tal vez. O quizás solo era el cansancio de tantas batallas libradas en silencio.
—He muerto tantas veces —susurró, como si le estuviera hablando a alguien más—. Tantas veces que ya perdí la cuenta.
Cada vez que intentaba vivir, algo me detenía.
Algo me decía que no era suficiente, que no merecía ser feliz.
Pero ahora… ahora es distinto. Ahora voy a vivir, no para huir, no para sobrevivir, sino para sentir. Para descubrir qué es lo que tantas veces me perdí… y comenzo a creer en El Poder de la Conversación con Uno Mismo
Su reflejo la miró fijamente, como si estuviera esperando a que continuara. Clara respiró hondo y siguió:
—No voy a acordarme más de ti. De ese lugar frío, sombrío, donde todo parecía detenerse.
Donde aprendí a esconderme, a huir de mí misma en lugar de enfrentarme. Donde el miedo y el hastío eran mis únicos compañeros. Pero ya no. Porque entendí algo: solo queriéndome, solo conociéndome, pude salir de allí. De ti.
El silencio llenó la habitación, pero Clara no lo sintió incómodo.Era un silencio necesario, como el que sigue a una tormenta. Siguió hablando, esta vez con más firmeza:
—No fue fácil. Nunca lo es. Pero ahora sé que no puedo seguir viviendo en ese lugar donde todo era gris. Donde todo era miedo. Donde todo era… tú. Porque tú eras mi peor enemigo, pero también mi mejor maestra.
Me enseñaste a huir, pero también me mostraste que hay algo más allá del miedo. Algo que vale la pena vivir.
Su reflejo sonrió, como si estuviera de acuerdo. Clara sintió que algo dentro de ella se desprendía, como si finalmente estuviera soltando un peso que llevaba cargando por demasiado tiempo.
—Así que aquí estoy —dijo, con una sonrisa que empezaba a brotar en sus labios—. Lista para vivir. Lista para sentir.
Lista para ser yo, sin miedo, sin huir. Porque ahora sé que la vida no es solo sobrevivir, sino también sobre todo, vivir.
Y con esas palabras, Clara se alejó del espejo, dejando atrás a la mujer que alguna vez fue. Porque ahora, por primera vez, estaba lista para ser quien realmente era.
©Jose Luis Vaquero
[…] la felicidad… ah, la felicidad no es más que un destello en la penumbra, un segundo de luz que se escurre entre los dedos antes de que podamos […]