Abrazate fuerte, si muy fuerte, porque no hay nada que controles mejor que lo que abarcan tus brazos…
Si no te quieres dar, no te des, pero recuerda que no hay nada que controles mejor que lo que abarcan tus abrazos.
Pero en los abrazos puedes dejar de ser tú para ser yo, incluso si te apetece, podemos ser los dos a la vez.