La manera en que afrontamos los problemas es un factor determinante para nuestro éxito o fracaso profesional, pero, también en lo referente a nuestra vida personal, la forma en que afrontemos estos influirá notablemente en nuestro estado de ánimo y por ende en nuestro entorno más cercano.
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos resolviendo problemas de toda índole, desde cómo salir de un atasco hasta casos extremos en los que la resolución de un problema puede suponer la diferencia entre la vida o la muerte, ya sea la propia, o la de otras personas.
Los problemas nos definen como especie humana: la rueda se inventó para solucionar un problema. Pero también el paracaídas se inventó para el que veía un problema grave al volar.
La actitud ante los problemas es lo que nos define como personas. Debemos intentar afrontar los problemas con naturalidad, ya que forman parte nuestra vida cotidina y de la naturaleza humana.
La mejor forma de hacerlo: transformar los problemas en retos y estarás mas pendiente de encontrar la solución que ahogarte en el recursivo pensamiento del problema en sí mimo.
© copyrigth | José Luis Vaquero
La vida me ha enseñado a ser resolutiva ante los acontecimientos adversos,no queda otra.
De nada sirve esconder la cabeza bajo el ala,pues tarde o temprano tendré que hacerles frente.
No quiero huir,ni quiero delegar en otros lo que me está sucediendo a mí.Afronto los problemas de frente y cuánto antes mejor, así dejan de ser problema.
Si es a una muerte física a lo que me enfrento,
me doy un tiempo para asimilar dicha pérdida,pero no me regocijo en mi dolor para no morir con ese ser que ha partido.Le recuerdo con cariño y me esfuerzo por seguir adelante procurando sonreír,nadie tiene porqué pagar las consecuencias de mi dolor.
Lo que nos define no es las veces que caemos,si no cómo nos levantamos después de caer…
Con nuestro esfuerzo,sin hacer el daño que recibimos,siendo fuertes y dejando atrás lo malo que vivimos,pensando sólo en avanzar y ser cada día un poco mejores.