Sé que ha habido otros antes que yo, y no tengo nada que reprochar, pero sí me gustaría que entendieras que todos no queremos igual ni de la misma manera.
Aunque de cada persona que pasa por nuestra vida algo nos queda y a la vez algo de nosotros se lleva, quiero que entiendas que tengo otras formas de ver las emociones, las relaciones que quizás te puedan parecer raras, locas o poco llevaderas, incluso que chocan con las tuyas y no es lo que esperas.
Si así fuera, si después de mirar en mí, asomarte a mis precipicios, conocer mis demonios, visitar mis infiernos, aun así te quedas, hazlo sin dudas, abierta a ver de una forma nueva, dejando atrás lo vivido, para que puedan renacer en ti cosas y emociones nuevas.
REFLEXIÓN:
El contenido nos habla de la complejidad de las relaciones humanas y la importancia de la aceptación y la comprensión mutua. El autor reconoce que ha habido otras personas en la vida de la persona a la que se dirige, y que cada una de ellas ha dejado una huella. Sin embargo, también expresa su deseo de ser visto y comprendid0 por lo que es, sin comparaciones ni expectativas preconcebidas.
Afirma tener “otras formas de ver las emociones, las relaciones”, que pueden parecer “raras, locas o poco llevaderas” a la otra persona. A pesar de ello, invita a esta persona a quedarse, a “asomarse a sus precipicios, conocer sus demonios, visitar sus infiernos”, con la esperanza de que, al hacerlo, pueda abrirse a nuevas formas de ver y sentir.
Este texto es una invitación a la empatía y la tolerancia. Nos recuerda que cada persona es un mundo único, con sus propias experiencias, valores y creencias. Si queremos construir relaciones sanas y duraderas, es fundamental que aprendamos a aceptar y respetar las diferencias.
Creado por: Jose Luis Vaquero.