No hay días perfectos, vívelos a tu manera: Mi viaje personal
Siempre he sido una persona que buscaba la perfección. En mi mente, existía un día ideal donde todo fluía sin contratiempos, donde la felicidad era constante y las sonrisas no se apagaban. Sin embargo, a medida que avanzaba por la vida, me encontré con una realidad mucho más compleja: la vida no es perfecta ni mucho menos.
Cada día trae consigo una mezcla de emociones, desde la alegría más pura hasta la tristeza más profunda. Hay días que son como una montaña rusa, llenos de altibajos que te quitan el aliento, te machacan te dejan sin aliento. Y hay otros que son como un mar en calma, apacibles y serenos.
Comprendí que… No hay días perfectos, hay que vivirlos a tu manera… Y aprender a aceptar esta realidad no fue fácil. Pasé mucho tiempo frustrada, esperando que las cosas se ajustaran a mi ideal de perfección. Pero con el tiempo, comprendí que la perfección no existe es solo una idea. Lo que sí existe realmente es la oportunidad de vivir cada día a mi manera.
Vivir a mi manera significa tomar decisiones que me hagan sentir bien, o al menos lo mejor posible, sin importar lo que digan los demás, seguir mi intuición, incluso cuando me lleva por caminos inesperados, aprender de mis errores y seguir adelante.
Quédate con esto… No hay un manual para vivir a tu manera. Cada persona debe encontrar su propia forma de hacerlo, su camino. Lo importante es no tener miedo de ser tú mismo, de explorar y descubrir qué te hace sentir y por qué.
Para mí vivir a mi manera tiene un dignificado:
Soltar el control. Aceptar que no puedo controlar todo lo que sucede en mi vida me ha dado una gran libertad.
Decir “no” a las cosas que no me aportan valor. He aprendido a priorizar mi tiempo y energía en las cosas que realmente me importan.
Alejarme de las personas negativas. Las personas que me rodean tienen un gran impacto en mi bienestar. He elegido rodearme de personas que me apoyan y me hacen sentir bien conmigo misma.
Ser amable conmigo misma. He aprendido a ser comprensiva y paciente conmigo misma, incluso cuando cometo errores.
Agradecer lo que tengo. En lugar de enfocarme en lo que me falta, he aprendido a apreciar las cosas buenas que hay en mi vida.
Recuerda: la vida no es perfecta, pero tú puedes hacerla perfecta para ti, a tu manera.
Creado por: Jose Luis Vaquero.