A veces, nos sentimos atraídos por personas que poseen cualidades o experiencias que contrastan con las nuestras. Lo que nos hace sentir bien de ellos puede ser precisamente aquello que nos falta o que no encontramos en nuestro entorno cercano. Esta diferencia puede generar una chispa de interés y admiración, idealizando a esa persona como alguien especial y único
La mente humana tiene una tendencia natural a buscar la novedad y la emoción. Lo que es familiar y cotidiano puede perder su encanto con el tiempo, por lo que encontramos gratificante conocer personas nuevas que nos aporten experiencias frescas y diferentes. Las personas que viven lejos, por el simple hecho de su distancia, representan ese misterio y esa novedad que tanto nos atrae.
La distancia física puede crear una barrera que idealiza a la persona. Al no tenerla cerca de forma constante, la percibimos con menos defectos y magnificamos sus cualidades positivas. La idealización nos permite proyectar en ella nuestras expectativas y fantasías, haciéndonos sentir aún mejor cuando finalmente la vemos o la tenemos cerca.
Si nos cuesta mantener relaciones cercanas en nuestro entorno, las personas que viven lejos pueden convertirse en un refugio emocional. La distancia física nos permite evitar conflictos o decepciones que podrían surgir en una relación más cotidiana, permitiéndonos idealizarlas y mantener una conexión emocional más positiva.
En ocasiones, nos sentimos atraídos por personas que sabemos que son inalcanzables, ya sea por la distancia o por otras circunstancias. Esta imposibilidad puede alimentar la pasión y la intensidad de la relación, idealizándola y haciéndonos sentir afortunados por los momentos que compartimos, aunque sean escasos.
Si te encuentras en una situación similar, te animo a reflexionar sobre tus propias emociones y motivaciones. ¿Qué te atrae realmente de esas personas? ¿Qué necesidades o deseos estás buscando satisfacer? ¿Cómo puedes encontrar esas mismas cualidades en personas que estén más cerca de ti?
Al comprender mejor tus propios patrones psicológicos, podrás desarrollar relaciones más sanas y satisfactorias, tanto cerca como lejos.
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