Sé que me salí del renglón y desde ese momento formé parte del sonido del olvido de tu corazón, sumido en la desolación al comprender que lo vivido quedaría relegado al fondo de lo no hallado, aunque fuera buscado desde la razón.
Todo quedó en nada, en un suspiro, en una palabra que no expresa, inocua, inaudita. Todo quedó pendiente de un hilo, ese que se rompe con facilidad aun cuando el límite no ha existido, el que sin razón se tensa para ver hasta dónde puede llegar su sin sentido.
Sí, me salí del rengón… Solo soy ese renglón torcido el que nadie sigue y todo el mundo quiere reescribirlo, Aunque fui parte del sonido de tu corazón en cada latido. Culpable de su aceleración cuando estabas conmigo. Ahora quedé apartado, no puedo escucharlo a pesar de estar a tu lado y estar contigo.
Quizás no fue olvido, solo fascinación que duró lo que dura una opción en la mente de un niño, un tiempo perdido que susurró al viento y en él se diluyó como si nunca hubiera existido. Si eso soy yo, un pudo ser, pero… no sé si… o simplemente un ¿para qué? perdido en el olvido de tu corazón.
REFLEXIÓN:
“Me salí del renglón y forme parte del olvido de tu corazon” La persona que habla en el poema se ha salido del renglón, es decir, se ha desviado del camino que trazaba la relación con la otra persona.
Es un poema triste y doloroso, pero también es un poema honesto y valiente que refleja la realidad de las relaciones humanas.
No hay nada que pueda hacer para cambiar esta situación. Esta aceptación de la realidad es un paso importante para superar el dolor y seguir adelante.
Sé que me salí del renglón
y desde ese momento
formé parte del sonido
del olvido de tu corazón,
sumido en la desolación
al comprender que lo vivido
quedaría relegado
al fondo de lo no hallado,
aunque fuera buscado desde la razón.
© copyrigth | José Luis Vaquero
Nunca formarás parte del.olvido de mi corazón,no se puede olvidar a quien se ama de una forma tan sincera y natural como yo lo hago,eres para mí el renglón que me ayudó a enderezar mi vida cuando me estaba torciendo y no sabía a dónde iba y te estaré agradecida siempre.