El olvido es la única venganza noble, porque no hace daño a nadie y es perdonarse a sí mismo.
La venganza solo te llenará de más rencor, mientras que el olvido te liberará y te permitirá sanar. Elige la nobleza del olvido, elige perdonarte a ti mismo y sigue adelante con tu vida.
La venganza, por naturaleza, implica causar daño a otra persona como respuesta a una ofensa o agravio. Esta acción, a menudo motivada por la ira, el rencor o el deseo de justicia, busca equilibrar la balanza mediante el infligimiento de dolor o sufrimiento. Sin embargo, la venganza, en su esencia, es un acto destructivo que solo genera más dolor y sufrimiento, tanto para la víctima como para la victima de la agresión. Es usar el olvido como liberación y sanación.
En contraste, el olvido se presenta como una alternativa noble y constructiva. Al elegir olvidar, no buscamos lastimar a nadie, sino que nos liberamos de la carga emocional negativa que representa el rencor y la ira. El olvido nos permite perdonar, no solo a la otra persona, sino también a nosotros mismos.
El perdón es un acto de gran fortaleza y compasión. No significa condonar las acciones de la otra persona, sino que implica liberarnos del resentimiento y la amargura que nos atan al pasado. Perdonar nos permite sanar nuestras heridas emocionales y seguir adelante con nuestras vidas sin la pesada carga del rencor. Es el camino hacia la paz interior.
© copyrigth | José Luis Vaquero.