La naturaleza, en realidad la vida tal y como la conocemos en todos sus ámbitos, tiene sus propios medios para limpiar y deshacerse de todo aquello que ya no le sirve aquello que no le es útil o que en realidad le aporta un peso innecesario y le impide avanzar con más facilidad. Los fenómenos naturales, como la lluvia o el viento, la propia descomposición de la materia son una forma de modificar el estado natural de todo lo que nos rodea.
Como parte de la naturaleza, en esa simbiosis, las personas funcionamos de la misma manera. Sin embargo, nuestra mente se empeña en numerosas ocasiones en luchar contra aquella. En la naturaleza, todo está en continuo movimiento; en continua evolución. De nada sirve intentar cambiar lo inmodificable.
Nos aferramos a situaciones que lejos de beneficiarnos, nos perjudican. También, nos aferramos también a personas que tampoco nos aportan nada, sino que más bien, agotan nuestros propios recursos nuestro equilibrio personal. Nos empeñamos en creer que el tiempo lo cambiará todo, en que debemos luchar por ellas. Pero tal vez el cambio va en otra dirección, y por quien debemos luchar es por nosotros/as mismos/as.
Aprender a dejar ir es quizás una de las asignaturas pendientes y más difíciles de aprender que la mayoría tenemos. Nos da miedo evolucionar, el interrogante sobre lo que sucederá después. Pero ese es el ciclo natural de todo. Llega un momento en el que es necesario soltar aquello que ya no sirve y dejarlo ir.
Todos y todas evolucionamos, o deberíamos evolucionar, tal y como lo hace nuestro cuerpo. Nuestra piel cambia, nuestro pelo, algunas curvas de nuestra figura desaparecen mientras que otras se abren paso inevitablemente. Nuestros gustos también van variando con los años, e incluso nuestras amistades. Personas nuevas llegan a nuestra vida, y otras acaban desapareciendo de ella.
Valorarnos y saber reconocer cuando algo ha llegado a su fin puede ser una tarea compleja si no estamos preparados/as para ello. Pero negar lo que sucede no solo nos impedirá continuar avanzando, sino que alargará nuestro sufrimiento y nuestro dolor.
Quedarnos con lo bueno, sacar alguna lección que pueda servirnos o aspirar a algo mejor son algunas de las herramientas de las que disponemos. Cuando algo parece no avanzar, es porque ya se ha agotado y nos toca dejarlo ir. Tal y como la flor que termina su ciclo y a pesar de su belleza terminará cayendo…
No esperes un evento en especial, para marcarte nuevos objetivos, nuevos ciclos, para tener nuevas prioridades. Soltar y dejar ir todo aquello que ya no sirve nos aporta peso y nos hace tener un esfuerzo mayor que nos impide avanzar ha de ser una prioridad para mantener nuestra autoestima y nuestro equilibrio personal.
© copyright | José Luis Vaquero
Muy buenos mensajes
Son muy buenos los mensajes
Ahí está el secreto,en dejar ir
Alejarte de lo que no te hace bien