A veces, los desencuentros alejan más que la distancia y te absorbe ese océano de intolerancia del “yo puedo usar las excusas, pero tú búscate otra musa”. Lo que yo hago para ti no sirve como excusa.
Sientes que los hilos del entendimiento se tensan, algunos hasta romperse. Nace la duda que todo lo envuelve y te susurra al oído, intentando controlar lo que sientes.
Te sientes morir en ese ir y venir cuando la gente parece tener amnesia para lo que le interesa o interpretar como más le conviene a sus intereses.
Estoy seguro de eso: los desencuentros, sin duda, alejan más que la propia distancia.
Creado por: Jose Luis Vaquero.