Hay muchas formas de tomar decisiones, nuestra mente esta preparada para enfrentarse a ello deforma consciente, intuitiva, incluso inconsciente siempre dirigido a la protección de la vida.
Tomar decisiones dejando de lado las emociones, no suele ser posible, porque todo lo que hacemos los humanos esta ligado a las emociones directas que percibimos e incluso a las emociones que se fijan en nosotros a través de las experiencias vividas y mantenidas en el recuerdo.
Las decisiones tomas preferentemente por la razón, pura y dura no se suele dar porque cada idea que nos surge en el cerebro siempre de algún modo estará ligada a una emoción aunque esta no este presente o sea importante en esa decisión.
Quizás la forma más lógica y efectiva sea esta doma de decisiones en las que están equilibrio la razón y emociones para garantizar de algún modo la mejor opción.
Sin duda encontrar la clave a pesar de la dificultad entre las emociones y la razón ara que nuestras decisiones sean mucho más consensuadas, lógicas y beneficiosas para nosotros.
Por ello la mejor decisión a tomar y la primera si es posible es tratar de no enfrentar la razón con las emociones, lo que nos aportaría ese equilibrio necesario para dar como resultado la mejor opción posible para nosotros.
Las emociones son fruto de nuestros sentimientos por ello a veces nos cuesta tanto trabajo separarlos cuando queremos de algún modo razonar con nuestras decisiones, pues, así como la intuición es parte de la razón al ser la estadística de nuestras acciones tomadas.
Quizás en este partido a veces tan complicado deberíamos tener en cuenta que hay un árbitro, un mediador: la reflexión, Que no es otra cosa que la valoración por separado de las emociones, la razón para llegar a lo más importante para nosotros las tomas de decisiones.
Ese es el mejor punto de encuentro, de debate personal para tomar decisiones acertadas o no, la reflexión consciente
© José Luis Vaquero
Exelentes reflexiones, siempre hay alguna que nos queda como anillo al dedo, leer para entender…