Solo pensé en que me dejaras entraren ti, sin saber por qué. Sentí que tú eres mi lugar, ese sitio donde podría sentirme bien y encontrar la calma, la paz.
Y solo pensé en quedarme más tiempo acurrucado en ti que antes, sin querer marcharme. Pero poco a poco destruiste esa alegría y las emociones que había en mí. Intentaste hacer todo, crearlo todo alrededor de ti, a tu medida, a tus necesidades, a como tú querías las cosas. Poco a poco destruiste esa llama que me hacía girar en torno a ti.
Sufrí las consecuencias de tu crueldad; generaste situaciones solo que te convenían a ti, queriendo abarcarlo todo, controlarlo todo, haciendo una relación a tu medida, a tus necesidades, sin pensar en mí. Y pasó, ahora todo está como lo quieres tú, como te viene bien a ti, tú por tu lado, yo por ti…
Pero por eso no me pidas amor ni pasión, eso se quedó en cada parte del camino, donde se fue enterrando poco a poco la ilusión.
REFLEXIÓN:
Solo pensé en que me dejaras entraren ti…
Es una profunda reflexión sobre la evolución de una relación en la que una persona se siente cada vez más desplazada y controlada por la otra. Este tipo de experiencias pueden ser dolorosas y desgarradoras, pero también proporcionan importantes lecciones sobre el amor, el respeto y la importancia de mantener la propia identidad en una relación.
La búsqueda de un refugio emocional
Al comienzo del texto, se describe cómo encontró en la otra persona un lugar de calma y paz, un refugio emocional donde podía sentirse bien y acurrucarse sin temor a marcharse. Este sentimiento de encontrar un “hogar” emocional es algo que muchos anhelan en una relación, pero que también puede volverse frágil cuando no se sostiene con respeto mutuo y consideración.
La erosión gradual de la alegría
El texto revela cómo, poco a poco, las emociones positivas y la alegría inicial se van desvaneciendo debido a las acciones de la otra persona. La descripción de cómo la otra persona intentó controlar todo, adaptando la relación a sus propias necesidades y deseos sin considerar los del otro, muestra cómo el egoísmo y la falta de reciprocidad pueden erosionar la base de una relación saludable.
La pérdida de la llama
La metáfora de la llama que se va apagando resalta la importancia de mantener viva la chispa del amor y la pasión en una relación. Cuando una persona siente que está perdiendo su identidad y su alegría, la relación se convierte en una fuente de decepción en lugar de apoyo y crecimiento. La llama que una vez brilló intensamente se apaga lentamente cuando no se cuida y se alimenta con amor mutuo y respeto.
Las consecuencias del control y la crueldad
El texto también subraya las consecuencias de la crueldad y el control. Cuando una persona intenta abarcar y controlar todo, transformando la relación en algo que solo le beneficia a una parte, inevitablemente causa daño emocional. Se sufre, y este sufrimiento lleva a una separación emocional y física, reflejada en la frase “tú por tu lado, yo por ti”.
La pérdida de amor y pasión
Al final, reconoce que no puede ofrecer amor ni pasión porque estos sentimientos se fueron enterrando a lo largo del camino, destruidos por las acciones de la otra persona. Este reconocimiento es doloroso pero liberador, ya que permite entender que una relación desequilibrada y controladora no es sostenible ni saludable.
Reflexión final
El texto nos invita a reflexionar sobre la importancia de la reciprocidad, el respeto mutuo y la autenticidad en las relaciones. El amor verdadero no se trata de controlar ni de imponer las propias necesidades sobre las del otro, sino de crear un espacio compartido donde ambas personas puedan crecer, apoyarse y ser ellas mismas. Aprender a reconocer los signos de una relación tóxica y tener la valentía de poner límites es esencial para preservar la propia identidad y bienestar emocional.
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