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Debemos contar hasta cinco antes de pronunciar palabra.
Somos un mar de emociones y depende cómo nos encontremos de estado de ánimo, así nos comportamos con los demás.
Pido perdón por si en algún momento he ofendido a alguien,no quiero que nadie se sienta mal por mi culpa.
A veces es la otra persona la que está sensible y tergiversa las palabras.
La mente humana muchas veces es un caos y hemos de aprender a relajarla.
No solemos pensar cómo le van a sentar nuestras palabras a los demás,debemos analizar con cuidado lo que vamos a decir y si estamos en un momento de euforia,esperar a tranquilizarnos y no decir las cosas hasta que se nos haya pasado ese momento y lo pensemos todo más fríamente