Olvido, qué hermosa palabra. Cuántas veces la habré escrito, leído, murmurado y gritado para ver si su significado se integraba en mi cabeza. Es una función vital que mi imperfecto cerebro no trae de serie.
Olvidar y poder complacerte incluso en el deseo de no permanecer en mi mente. Pero, por desgracia para los dos, mis recuerdos están en una caja fuerte y a la combinación no tiene acceso ni siquiera el tiempo.
Pero si me dieran un minuto para borrarme recuerdos con la goma del olvido, borraría las ausencias, borraría los silencios, borraría el tiempo que nos sobró con las obras que nos faltaron.
Borraría aquellas conversaciones que no terminaron en un ‘te quiero’, olvidaría la distancia y el ego… Pero nunca, nunca podría borrarte a ti.
© copyrigth: Luisa Cervantes.
REFLEXIÓN: Quisiera complacer al deseo de no tenerte
Es una profunda inflexión sobre la lucha interna entre el deseo de olvidar y la imposibilidad de hacerlo. La palabra “olvido” se presenta como una idea atractiva, casi anhelada, por alguien que ha experimentado dolor emocional y busca liberarse de esos recuerdos que pesan.
Sin embargo, la persona se enfrenta a la cruda realidad de que olvidar no es algo que pueda lograrse fácilmente, describiendo su propia mente como “imperfecta” y carente de la capacidad para olvidar de manera natural.
En teste contexto también se explora la idea de que, aunque quisiera olvidar ciertos aspectos de su experiencia —como las ausencias, los silencios, y los momentos que quedaron incompletos— hay algo que permanece inamovible: la memoria de una persona específica.
A pesar de todo el dolor asociado con esos recuerdos, la conexión emocional con esa persona es tan fuerte que no podría borrarla, incluso si tuviera la opción.
El texto refleja el conflicto entre querer dejar atrás el pasado y la realidad de que algunos recuerdos, especialmente los vinculados al amor y las emociones profundas, están grabados tan profundamente en nosotros que se vuelven parte de nuestra identidad.
Es una aceptación de que, aunque el olvido puede parecer la solución al dolor, algunas personas y experiencias son demasiado importantes para ser eliminadas, incluso cuando nos causan sufrimiento.
En su núcleo, habla sobre la inevitabilidad de ciertos recuerdos y la resignación de que, aunque podamos desear olvidar, no siempre es posible o incluso deseable para nuestra salud emocional.
Es un reconocimiento de la complejidad de la memoria humana y la manera en que el amor, el dolor, y las experiencias compartidas se entrelazan en nuestro ser, resistiendo incluso nuestros intentos más fervientes de borrarlos.
© copyrigth: Jose Luis Vaquero.