Inhalar el aroma del café tostado recién hecho, degustar su sabor desde las papilas gustativas hasta caer en el estómago, esa sensación de placer al sentir el calor de la taza en las manos, vivir el momento presente. Mi taza de café y yo, ahora no hay nada más.
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Ahora más que nunca es mi eterno compañero,el café…
Me lo tomo más deprisa que de costumbre,pero es mi consuelo,su olor me tranquiliza,me relaja…
Lo saboreo y siento que me alimenta,es lo único calentito que tomo en el día y me hace bien.