La princesa se rebeló: desechó su corona, quemó su vestido, rompió sus zapatos, rechazó al príncipe, fumó con el dragón y se fue sonriendo.
Ella eligió dejar de ser un cuento e ir al encuentro de lo que sentía en su corazón. Llegó su revolución y comenzó a vivir de otro modo, a ir donde el viento soplara mejor, a llenar su vida con aquello que la hacía sentir mejor.
Creado por: Jose Luis Vaquero