El cuerpo puede alquilarse, el alma sólo puede entregarse. una lección a aprender… En una carretera cualquiera, en un local con luces de colores de esos que sirven para atraer a la clientela, Ana consumía las horas pegada a la barra del bar como un día cualquiera.
Un cigarrillo en la mano, se miraba en el cristal de la pared mientras se acomodaba el cabello y el vestido, dejando entrever sus formas hasta las más íntimas. Estaba preparada para atraer y a la espera de que el azar trajera algún cliente.
Ese era un entretiempo que a veces le daba por pensar en sí misma…
Y lo sabía era consciente, ella lo sabía y a pesar de la dureza de su camino, sí ese que le tocó vivir por azares del destino o por sus decisiones erradas, con el tiempo y los palos de la vida la volvieron muy desconfiada pero también mucho más sabia y preparada para defenderse de la vida y de la gente que la rodeaba.
En ese momento ausente, casi sin darse cuenta pedro, un cliente más entro por la puerta…
Él se acercó hasta la barra y pidió algo para tomar. Ella se acercó como lo solía hacer con su escultural cuerpo de mujer agasajada con todo tipo de detalles. Se para junto a él y le susurró: “Invítame”.
Él la miró con desdén y le dijo: “Quiero comprarte por una hora y después te enamoraré, caerás rendida a mis pies…” Te lo digo antes de que pase para que lo sepas.
Ella le miró fijamente desde la cabeza a los pies (le molesto su arrogancia) y le susurró al oído: “Tienes que aprender que el cuerpo puede alquilarse, que no venderse, pero el alma solo puede entregarse. Y ninguno de los dos para que sepas hoy va a ser para usted”.
Se alejó moviendo y contoneando sus caderas y él, con la boca abierta, no supo ni qué responder.
Como dice la canción, “La vida te da sorpresas” y no se si pedro aprendió la lección de lo que si estoy seguro es que no esperaba de la “puta” aprender una leccíon por su prepotencia, egocentrismo y su falta de comprensión.
El “hábito no hace al monje” y la sabiduria de la vida puede venir por mil caminos distintos y si estas atento y prestas atencion comprobarás que las personas te enseñan más que cualquier libro incluso más que cualquier cación.
© copyrigth | Jose Luis Vaquero.