Mirar hacia atrás puede ser como hojear un libro ya leído: las páginas están allí, pero ya sabes cómo termina la historia.
El pasado, aunque lleno de lecciones y recuerdos, no puede ofrecernos nada nuevo. Nos aferramos a él como si fuera un refugio conocido, pero ¿qué ganamos al revivir constantemente lo que ya fue?
La vida sigue adelante, y aunque es crucial aprender del pasado, debemos resistir la tentación de vivir en él.
Por eso no mires demasiado hacia tras, el pasado no tiene nada nuevo que contar.
Creado por: Jose Luis Vaquero