Son las cosas de la vida. ¡Ay, la vida! Un día te levantas con el humor de un león enjaulado, dispuesto a morder a cualquiera que se cruce en tu camino. Y al otro, te conviertes en un lindo gatito abrazable, deseando repartir cariño y abrazos por doquier.
El estado de ánimo un misterio para la ciencia y para mi. Es como si tuvieras un interruptor interno que cambia de “modo ermitaño” a “modo fiesta” sin previo aviso. Y lo peor es que nadie te ha dado el manual de instrucciones.
Un día te sientes tan lleno de ti mismo que podrías conquistar el mundo (o al menos tu sofá). Y al siguiente, te preguntas si alguien te echaría de menos si desaparecieras de la faz de la tierra.
Un día no te apetece hablar con nadie y al otro echas de menos a todo el mundo. Es la eterna lucha entre la introversión y la extroversión, la soledad y la compañía. Y la verdad es que no hay una respuesta correcta o incorrecta. Lo importante es encontrar el equilibrio que funcione para ti.
Así que, si un día no te apetece hablar con nadie, no te sientas culpable. Acurrucate en tu manta favorita, disfruta de tu soledad y recarga las pilas. Y al día siguiente, sal al mundo con la frente en alto y dispuesto a conquistar a todos con tu sonrisa.
Porque la vida es así, un sube y baja de emociones, de momentos de paz y de explosiones de energía. Y lo mejor de todo es que no hay nada escrito. Cada día es una nueva aventura, una nueva oportunidad para descubrir quién eres y qué quieres.
¡Así que vive la vida al máximo, con sus altibajos, sus momentos de silencio y sus explosiones de alegría! Y recuerda: no hay nada más humano que ser un poco impredecible.
© copyrigth | Jose Luis Vaquero.
Exactamente así es, hay días que te levantas de mala gana y a media mañana te arrepientes de haberte levantado,te preguntas,para qué? Si no me apetece ver a nadie y a nadie le intereso yo.
Pero al día siguiente te levantas con ganas de comerte el mundo,y empiezas por quererte a tí misma,te arreglas,te pones monísima y te echas a la calle a socializar y a vivir con intensidad,a disfrutar de todo lo que ves.
Creo que todos tenemos esa dualidad en el carácter,son altibajos emocionales,pero no nos acostumbremos,un día está bien tener un bajón,pero hay que hacer lo posible por levantar el ánimo y no dejemos a la desgana ganar la partida.