Pero nunca te pedí que fueras mi luna, ni que fueras mi sol, me conformaba con que… fueras la mano que mueven la cuna de mis sueños, sueños de libertad rotos en el tiempo que gritan como lamento al son de tu canción, aquella que cantabas a cada momento por camarón…
Y se rompe el silencio con mi voz, con mi pensamiento, al ver como el tiempo se llenó de tus ausencias de las carencias de tu voz, de tus silencios…
© copyrigth | Sebastian Alonso Ojeda
Que bonico, me gusta eres la mano que mueve la cola de mis sueños rotos.