Lo queramos o no, de una forma consciente o no, la mayor parte del tiempo no vemos las cosas como son si no en realidad vemos las cosas como somos.
Cuando se ven implicadas las opiniones, entran en juego las emociones y estas se fijarán según nuestra propia experiencia adquirida en nuestra vida lo que puede dar lugar ha estar hablando de lo mismo, pero a la vez configurar una distinta realidad.
Cuando nuestra imaginación va mas allá de nuestros deseos de nuestros sueños, de nuestras aflicciones, de nuestras responsabilidades, configuramos una realidad más amplia, selectiva y diferente.
Esta se hace más evidente y muchas veces incluso puede ser contraria a nuestra forma de pensar, aportándonos unas veces sensación de liberación, otras pesadumbre, alegrías o incluso un principio de frustración, arrastrándonos a la apatía o aun algo peor a la depresión.
El otro lado de la realidad ya sea real o imaginario es el producto o la consecuencia de otra idea, de otro modo de pensar a veces de la influencia del pasado, otras forzado por las presiones puntuales y actuales otras por no haber alcanzado algún grado de equilibro o estabilidad personal.
Mantenerse lo mas próximo a la realidad, es un ejercicio de reflexión continuo, de formación personal tratando de ser objetivos, para intentar ser lo mas fieles posible a la realidad no a nuestra realidad.
© copyrigth | José Luis Vaquero
A veces confundimos la realidad con nuestra propia realidad,con la percepción que nosotros tenemos de lo que es real o no y nos firmamos unos cacaos mentales de los que no sabemos salir…
Sólo debemos saber separar la realidad lógica de lo que nosotros convenientemente entendemos por realidad