La vida ¿la danza efimera?
Las olas del tiempo, incansables,
traen y se llevan personas.
un baile fugaz, efímero,
donde las almas se rozan.
Rostros que se iluminan,
sonrisas compartidas,
historias que se tejen,
lazos que se anudan.
Pero el mar no se detiene,
las olas siguen su curso,
y las personas, como barcas a la deriva,
se alejan, se despiden.
Un adiós con la mano,
un último recuerdo,
un susurro en el viento,
un “te quiero” en el silencio.
La vida continúa su danza,
un ciclo interminable,
donde la alegría se mezcla con la tristeza,
y la esperanza con la incertidumbre.
Reflexión:
La vida es un baile constante, una danza efímera donde las personas entran y salen de nuestro escenario de nuestras vidas. Compartimos momentos, tejemos historias, creamos lazos, pero el tiempo, como un río caudaloso, nos arrastra, nos lleva por caminos distintos imprevisibles.
Cada encuentro es un regalo, una oportunidad para aprender, para amar, para crecer, para ser. Debemos disfrutar de cada instante, de cada sonrisa, de cada palabra compartida, porque la vida es un suspiro, un breve parpadeo en la vastedad del universo.
El cambio
Aceptemos el cambio con serenidad, con la sabiduría de que todo es incierto y pasajero. Abracemos la belleza de lo intangible, la magia de los nuevos comienzos, la danza eterna de la vida, repartida entre la duda y la espera.
En el baile de la vida, no importa el destino final, sino la intensidad con la que bailamos, la pasión con la que amamos, la huella que dejamos en el corazón de los demás. Porque al final, lo que realmente importa es el amor que compartimos, la luz que dejamos encendida, la estela de alegría que dibujamos en nuestro paso por este mundo.
El cambio siempre empieza por uno mismo.
© copyright | José Luis Vaquero
A lo largo de tu vida te cruzarás con miles de personas,unas se quedarán para siempre,otras solo estarán de paso y otras sería mejor no haberlas conocido nunca.
Tú eres tú misma y entregarás a cada persona lo mejor de tí,lo que te devuelvan hablará de ellos.