Ella es así, aprendió a vivir sin abrazos, a montar y desmontar su puzle mental, pedazo a pedazo. Se hizo cargo de sí misma, comprendió que existir no es un cuento de hadas. Pero no se abandona, ni se deja ir, se ama y cuando soplan malos vientos es tan valiente que es capaz de remontar el vuelo sin tener alas.
Tiene defectos, claro que los tiene. A veces, de forma premeditada, sucumbe a las miradas externas y baja a sus infiernos para combatir a sus miedos, a esos que eternamente la susurran y la llaman. Pero no le pasa factura, los conoce, los trata. A veces no la dejan dormir hasta el alba.
Y al día siguiente resurge una vez más, como el ave fénix, desde las cenizas de sus propias entrañas. Y la luz del nuevo día, con su lenta agonía, la rescata para reiniciar su mundo hasta una nueva batalla.
Ella aprendió a dormir sin abrazos, a volar sin tener alas, pero también a no dejarse derrumbar por nada.
Me encanta la poesía, espero que también a ti…
Se acostumbró a vivir sin abrazos,
a hacerse cargo de sus problemas,
a armar su puzle a pedazos,
porque sabe que existir
no es un cuento de hadas.
Pero no se deja ir,
ni se abandona,
se ama a sí misma
y cuando soplan malos vientos
se abraza a su almohada,
es tan valiente que
es capaz de volar sin alas.
© copyrigth | José Luis Vaquero.
Me ha gustado muchísimo y me veo muy reflejada. Somos much@s las que hemos tenido que aprender solamente impulsadas por el amor, fuerza y valentía que llevamos dentro.
Me encanta. Magnífica manera de expresar la resiliencia cotidiana.