A menudo, nos encontramos frente a oportunidades que requieren salir de nuestra zona de confort, aventurarnos más allá de lo conocido y familiar.
Pero ahí está el desafío, y también la belleza de todo. Porque es en esos momentos de duda y temor donde realmente encontramos la oportunidad de crecimiento y transformación. Es como si una voz interna nos susurrara: “¿Y si lo intentas? ¿Y si te permites salir fuera de ti mismo, explorar lo desconocido, descubrir nuevas facetas de ti mismo que ni siquiera sabías que existían?”
Porque al final del día, no se trata solo de lo que está afuera, sino de lo que podemos descubrir dentro de nosotros mismos al dar ese primer paso hacia lo desconocido. Es un acto de valentía y autodescubrimiento, un reconocimiento de que hay mucho más en nosotros de lo que creemos.
Salir fuera de ti mismo puede significar muchas cosas: perseguir un sueño largamente acariciado, embarcarse en una nueva relación, probar un hobby o una actividad que siempre te intrigó. Puede ser cualquier cosa que te saque de la rutina, que te haga sentir vivo y lleno de posibilidades.
Así que, sí, el primer paso puede ser desafiante, puede requerir un esfuerzo consciente para convencernos de que vale la pena. Pero una vez que damos ese paso, una vez que nos aventuramos más allá de nuestras propias limitaciones autoimpuestas, el mundo se abre ante nosotros en toda su vastedad y maravilla.
Te invito a ti mismo, a mí mismo, y a todos los que buscan un cambio, una aventura, una nueva experiencia: Convéncete de que vale la pena intentarlo. Sal fuera de ti mismo, explora, descubre, y quién sabe qué maravillas te esperan al otro lado de ese primer paso.
© José Luis Vaquero.
A estas alturas de mi vida,no me quedo sentada en el sofá…
Investigo lo que me gusta,lo intento y lo logro,no dejo de poner empeño hasta que me sale y me siento bien conmigo misma cuando consigo hacer lo que me propongo,todo menos rendirme.