¿Qué paradojas tiene la vida, verdad? Cuando te niegas a verte, la vida te pone espejos y te obliga a mirar… cada vez más profundo, más intenso, más incomprensible e imperfecto…
Y puede que te suene a chino o quizás hayas pasado por ello y, de esa forma, reconozcas lo que quiero decir.
Esa sensación es a veces tan fuerte de impotencia, es como no querer ver, no querer mirar, no querer saber y, sin embargo, en cualquier parte, de cualquier modo, surge en tu pensamiento y te sale la realidad.
Esa realidad que tanto evitas, que das tantas vueltas para no verla y dejarla atrás, pues no está ahí, delante de ti, como el reflejo de tu imagen en un charco de agua despues de llover, pero elevada al nivel emocional.
Y te das cuenta de pronto que lo que necesitas en realidad es afrontarla, tomarte la realidad como un reto para tratar de solucionar cada parte del sufrimiento que te provoca.
Y sabes que te volverás vulnerable y que las heridas tendrán mucha profundidad, pero también sabes que se curaran y cuando resurjas de todo esto y vuelvas a comenzar, serás tan diferente, serás tan fuerte que no habrá viento ni ciclón que te pueda tumbar.
Te invito a que sigas tus instintos, que aceptes los desafios y afrontes tu realidad. Quizás no sea la solución a todos tus problemas, es verdad, pero sí recargarás tus pilas de autoestima y fuerza para continuar.
Y si tienes alguna duda, hijo, sabes que estoy aquí para darte hasta mis últimas fuerzas para que resurjas de tus cenizas, dejando esos tiempos oscuros atrás y tengas las fuerzas para poder seguir tu senda al caminar.
© copyrigth: Jose Luis Vaquero