De todo lo que no huyes de lo que no te alejas está condenado a pasarte de nuevo
Es una máxima muy antigua, los griegos lo comprendieron y lo enseñaron “todo de lo que no huyes está condenado a pasar de nuevo”.
Seguro que lo has vivido alguna vez, los conflictos se repiten, la desconfianza vuelve a aflorar de forma cíclica y es que todo aquello de lo que no resolvemos esta condenado a repetirse otra vez.
Seguro que has oído más de una vez el refrán “siempre chocamos con la misma piedra” pero esa piedra puede tener nombre de persona, de tipo de relación o estilo de vida que en realidad no es otra cosa que generar dependencias emocionales, buscando el amor de una forma determinada y muchas de las veces en una persona en concreto.
¿Por qué nos sucede estas cosas? Porque todo aquello que vivimos si no le ponemos cuidado estamos condenados a repetirlo. Cuando lo que hacemos no es fruto de la reflexión o no tomamos las decisiones de una forma planificada es muy probable que volvamos a caer en los mismos errores.
Si no sabes acabar una etapa de tu vida, si permaneces en ella más allá de lo debido, esta perderá sentido y se llevará como mínimo tu alegría tus ganas de vivir y tu autoestima. A veces cerrar puertas, capítulos o ciclos en la vida es lo más importante para soterrarlos en el olvido.
Cuando algo termina, el mejor bálsamo es abandonarlo. Ni añorarlo, ni hablar de el, ni preguntarse por qué. Lo que paso, pasó y cuanto antes lo sueltes mejor.
© copyright | Jose luis Vaquero
Todo lo que no se resuelve se queda en nuestra mochila como carga.
No repitas tus errores. Corrígelos.