Solo ella tiene el derecho de tutearle al océano de sus emociones y a su pensamiento.
No te sientas con el derecho de opinar y, aún menos, de decidir sobre cada uno de sus estados, de sus recuerdos, de su pasado, porque es suyo. Lo que viva contigo es lo compartido. No te obstines ni te pongas bravo por ello.
Creado por: Jose Luis Vaquero