Incluso para quien sabe que tiene y reconoce sus alas, el primer salto siempre será un desafío personal, un acto de fe hacia sí mismo.
Es una profunda verdad sobre el crecimiento personal y la valentía que requiere dar el primer paso hacia lo desconocido apesar de que creamos que estamos preparado para ello.
Publicado en: salfueradeti.com