Le dijo la melodía al viento: Quiero que me digas adiós cuando mi voz suene a ruido y no a melodía en tu espacio tiempo.
Y el viento le susurró al oído: Quiero que me digas adiós cuando mis roce no sea capaz de estremecer tu cuerpo.
Por eso te cuento que… quiero que me digas adiós cuando mi voz no pueda emocionar tu pensamiento y mis manos no sean capaces de estremecer tu cuerpo.
© copyrigth | Jose Luis Vaquero.