El vacío no siempre se llena con compañía.
A veces, el abismo más profundo se encuentra en el interior, cuando carecemos de un rumbo claro y de un sentido que nos conecte con el universo.
Rodeados de multitudes, podemos sentirnos aislados y desconectados, como islas flotando en un océano de indiferencia.
La verdadera soledad radica en la ausencia de un propósito que nos inspire y nos motive a seguir adelante.
© copyrigth: Jose Luis Vaquero