Aquella vez fui valiente, aunque la verdad me moría de miedo y no quise preguntar.
Me acerqué hasta ti y te robé un beso, y creí morir cuando vi que tu boca se entretenía con la mía y sentí tus manos frías sobre mi piel.
Comprendí que el día en que serías mía había llegado y volé tan alto que me perdí entre las nubes de mi consciencia.
Solo me hizo regresar la latencia de tu corazón sobre mi piel. Ese momento fue parte de un sueño que tanto esperé. Y pensé: a veces hay que ser valiente aunque te estés muriendo de miedo.
Creado por: Jose Luis Vaquero.