El tiempo no para,
la amnesia no es parte de su olvido
y, cuando me miro en otros ojos,
me devuelve tu reflejo
como si fuera el mío.
El tiempo no se detiene,
fluye sin piedad ni tregua,
pero en cada instante eterno,
reside un eco de tu presencia.
Los días pasan, las estaciones cambian,
pero tu memoria se aferra al alma,
como una sombra que nunca desvanece,
un susurro constante en mi calma.
La amnesia no es amiga del corazón,
no borra las huellas de tu paso,
cada recuerdo es un tesoro,
cada momento compartido, un lazo.
Intento olvidar, pero es inútil,
tu esencia se entrelaza con mi ser,
como raíces profundas en la tierra,
imposibles de arrancar,
imposibles de ceder.
Y cuando me miro en otros ojos,
buscando un refugio diferente,
me encuentro de nuevo contigo,
en el reflejo de lo que soy y he sido siempre.
Esos ojos ajenos, testigos de mi lucha,
me devuelven tu imagen,
tan clara y precisa,
como un espejo que revela la verdad,
que tu esencia vive en mí, sin prisa.
Creado por: Jose Luis Vaquero