La frase refleja una verdad profunda sobre la naturaleza humana y las decisiones que tomamos en la vida cuando nos encontramos al vorde de nuestros avismos. En ocasiones, enfrentarnos a nuestros problemas y luchar por mejorar nuestra vida, nuestra situación puede parecer abrumador, difícil o incierto.
La resignación ¿parte del problema?:
Es en estos momentos cuando puede resultar tentador simplemente resignarse dejarse llevar de la situación actual, aceptarla tal como si fuera lo normal, como está, aunque no sea la ideal.
El camino de la resignación, sin embargo, a menudo lleva consigo una especie de quietud, una aparente calma, normalidad al no tener que enfrentar los desafíos y esfuerzos que requiere el cambio y la mejora, pero a la vez nos puede llenar de desasosiegos e inestabilidad emocional.
Es más fácil mantenerse en la zona de confort, incluso si esta zona no nos brinda verdadera felicidad o satisfacción.
Mejorar nuestras vidas cuesta:
Por otro lado, luchar por estar bien, por mejorar nuestras vidas, implica enfrentar miedos, desafíos y obstáculos. Requiere de esfuerzo, determinación y valentía.
Sin embargo, este es el camino que puede llevarnos hacia la realización personal, la estabilidad auténtica y una vida más plena y satisfactoria.
La frase sugiere que, aunque sea más fácil resignarse y aceptar una situación insatisfactoria, el verdadero crecimiento y la verdadera felicidad se encuentran al otro lado de la lucha y el esfuerzo por mejorar.
No te conformes con menos, cuando tu estabilidad está en juego:
Es una llamada de atención a no conformarse con lo que nos hace infelices, sino a buscar activamente la transformación y el bienestar que queremos y deseamos para nosotros.
Aunque esta pueda ser más difícil, el esfuerzo por estar bien vale la pena a largo plazo, más que la resignación a estar mal, por un tiempo realmente indefinido, difícil de digerir y difícil de aceptar.
No te resignes a estar mal a pesar de que puede ser mucho más sencillo que luchar por estar bien.
© copyright | José Luis Vaquero
Es mucho más fácil quedarse llorando y lamentándose por lo que has perdido que luchar por lo que quieres tener.
Hay que tener mucha fuerza de voluntad para salir de esa zona de confort y enfrentar tus dificultades.
Yo no soy mejor que nadie,pero a pesar de haber tenido depresión, ansiedad y más cosas,nunca me he quedado en la cama,cada día encontré un motivo para levantarme y llevar mi casa adelante,los míos no se quedaron ni un día sin comer porque yo lo preparaba,aunque después estuviera media tarde llorando,pero no me dejé vencer y salí adelante,con mucha ayuda,pero yo puse de mi parte.