Todos hemos aprendido de una u otra forma que lo mejor para nosotros y para los demás es dejar ir a esa persona que en realidad no quiere estar con nosotros. Y la realidad es que no por ello, por tomar esa decisión dejamos de amar, es mas nuestro amor pude transformarse en dolor.
Ese dolor no es otra cosa que nuestro amor que no sabe dónde ir, que se niega aceptar, a entender y por ello entra en un ciclo de inmadurez, de duelo que nos obliga a interpretar de un modo diferente nuestras emociones, nuestra forma, aunque sea temporal de entender.
© copyrigth | José Luis Vaquero
Ese tiempo de duelo pasa,y todo ese amor que guardaste,lo repartes con las personas que te aman de verdad y ya no te preocupas de quién no lo supo apreciar.