Después de obligarme la vida a navegar en tormentas de inmensa oscuridad, aún estoy aquí de pie, retándole al viento.

No me rendiré seguiré búscando cada día, cada amanecer, porque, a veces solo hace falta una pequeña estrella para llenarte de luz.

Pasará, lo sé. Sin saber como ni por qué aparecerá en tu vida ese ser, que casi sin querer, la ilumina para llenarte sin necesitar comer, para ser quien quieres ser.

Y esa estrella sin duda eres tú, lo supe apenas te comence a querer.

Porque despues de tanto caminar recorde que… a la oscuridad solo le hace falta una chispa para no ser nada.

REFLEXIÓN:

Al igual que la oscuridad, las emociones negativas como la tristeza, la ira o el miedo pueden envolvernos en una densa niebla que nos priva de la luz y la esperanza. Sin embargo, al igual que una simple chispa puede disipar la oscuridad, una pequeña acción puede ser suficiente para transformar nuestras emociones.

Un gesto de amabilidad, una palabra de aliento o un simple cambio de perspectiva pueden ser la chispa que necesitamos para encender la luz de la alegría, la paz o la esperanza en nuestro interior.

Las emociones negativas no son permanentes, y no tienen poder real sobre nosotros. Con la ayuda de las herramientas adecuadas, como la autocompasión, la atención plena o la terapia, podemos aprender a manejar nuestras emociones y convertirlas en algo positivo.

En definitiva, la frase “a la oscuridad solo le hace falta una chispa para no ser nada” nos recuerda que las emociones negativas no son el final del camino. Siempre hay esperanza, y con un poco de esfuerzo, podemos encontrar la luz que nos hace falta,  hacia un estado emocional más positivo.

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