Todo se fue enfriando. Menos llamadas, mensajes más cortos y cada vez más cortantes, hasta que un día dejó de ser habitual hablar.
Sentirnos cerca con nuestras tonterías y la distancia de lo absurdo ganó terreno y dejó de escucharse el sonido de tu voz al otro lado del teléfono.
No hubo un adiós, ni siquiera un nos vemos. Solo el silencio se apoderó de nuestros tiempos.
REFLEXIÓN. Todo se fue enfriando. Menos llamadas, mensajes más cortos…
Este contenido refleja el proceso gradual de desconexión emocional entre dos personas, un fenómeno que muchos de nosotros ha experimentado alguna vez.
Al principio, la relación parece fuerte y constante, con esa cercanía de llamadas frecuentes y mensajes que reflejan ese querer estar presente en el otro.
Sin embargo, con el tiempo, esta conexión comienza a desvanecerse. Las conversaciones, que alguna vez fueron largas y significativas, se acortan y se vuelven más frías, hasta que finalmente se detienen casi por completo.
No hay un cierre claro, ninguna despedida formal. El silencio toma el lugar de la comunicación, y con él, la relación desaparece en la nada, dejando un vacío que ni siquiera se llena con palabras de despedida.
Este proceso puede ser doloroso porque carece de un final definido, lo que deja a ambos preguntándose qué salió mal o cómo podrían haber evitado esa esta situación de alejamiento y deperdida a la vez.
La ausencia de un adiós formal o de una conversación final refleja la realidad de muchas relaciones que no terminan por un conflicto abierto, sino que simplemente se desvanecen, se vacian en el tiempo, hasta que ya no queda nada.
Este tipo de final deja a las personas con un sentimiento de incertidumbre y, a menudo, de pérdida absurda, sin sentido. Es una de hacernos ver que las relaciones requieren esfuerzo y cuidado constante, y que la falta de atención puede llevar a que lo que alguna vez fue importante se convierta en un mero recuerdo, eclipsado por el silencio.
© copyrigth | José Luis Vaquero.
Decía el poeta que la despedida era el momento más triste para los amantes,un llámame ! Un escríbeme amor ! Para que nunca me olvides…
Muchas relaciones terminaron así, sin despedida, sin un adiós, algo que ha atormentado al ser humano a lo largo de ña historia.
Estoy de acuerdo con esa definición prefiero un adíos a la cara que esperar a que todo muera asfixiado por el tiempo.