A veces me ahogo y soy incapaz de encontrar las palabras cuando nos despedimos y despunta el alba… Las palabras se atascan en mi garganta como si fueran un nudo imposible de deshacer. La despedida se aproxima y con ella, una ola de emociones que me inunda y me ahoga, me lastima.
Te miro a los ojos y veo el reflejo del alba, esa luz tenue que anuncia un nuevo día pero que también marca el final de nuestro encuentro. La tristeza me invade, una tristeza profunda que me llena de melancolía y me deja sin aliento.
Quisiera expresar tantas cosas, pero las palabras se quedarían cortas para hacerlo pare decir lo que siento. Y se quedan varadas en mi garganta como barco amarrado en puerto.
Es una lucha interna, una batalla entre la razón y el corazón. La razón me dice que debo ser fuerte, que debo despedirme con una sonrisa y desearte lo mejor. Pero el corazón se rebela, se niega a aceptar la separación, se aferra a la esperanza de que este momento no llegue a su fin y la tristeza aflora en mi.
En ese instante, me ahogo en un mar de emociones encontradas. La tristeza se mezcla con la esperanza, la alegría con la incertidumbre, el amor con la impotencia de querer mantener este tiempo por más tiempo. Y en medio de ese torbellino de emociones, solo puedo quedarme en silencio, sin palabras, con la mirada perdida en el horizonte donde despunta el alba.
Es una emoción pasajera fruto de pensarte lejos. La tristeza se irá con el paso del tiempo y la esperanza volverá a florecer en mi corazón como vuelven los buenos momentos. Mientras tanto, me refugio en el silencio, en la complicidad de nuestras miradas, en la calidez de un abrazo que dice más que mil palabras.
Porque aunque no pueda expresarlo con palabras, tú sabes que te quiero, que te necesito, que te extraño y que como cada día te espero. Y esa certeza es la que me impulsa a seguir adelante, a esperar con ansias el próximo encuentro, el próximo amanecer donde nuestros caminos se vuelvan a cruzar y la noche nos traiga la calma hasta que de nuevo vuelva a despuntar el alba.
© copyrigth José Luis vaquero.