Por eso ante las situaciones complejas trata de ser reflexivo porque quien persevera o se refugia en la venganza nunca será libre, se verá anclado como un barco que no sale a navegar, siempre en el mismo lugar sin posibilidad de ser útil si mismo y para lo que fue creado, salir a navegar a la mar.
La realidad es que consume con mucha más profundidad el odio, la venganza que nada más. Te ancla en una situación, en el pasado desde donde es muy difícil de dejar atrás.
Ser recursivo es el estado habitual, es la droga que te hace buscar con ahínco perseverar haciendo crecer el stress, el deseo de no verse compensado por lo que quería que fuera y no pudo ser.
La venganza es el modo, la forma de culpar a los demás muchas veces de la propia culpa, se busca más el hacer daño ante la imposibilidad de no poderse liberar a si mismo de esa emoción tan dañina, que si se queda por tiempo puede incluso arruinarte la vida, no solo a nivel físico y mental sino también a nivel social, incluso familiar.
Son procesos complicados que muchas veces no nos es posible por nosotros mismos liberarnos y acudir al especialista quizás es lo más aconsejable. El nos podra liberar de esa cadena que no nos permite dejar atrás lo que para nada sirve en nuestro tiempo real.
© copyright | José Luis Vaquero







