En el rincón más preciado de la memoria yace un tesoro: recuerdos tan queridos que su magia transforma el presente en una sinfonía de emociones. Al cerrar los ojos, esos momentos se convierten en canciones que resuenan en lo más profundo de mi ser, como notas melódicas que danzan en la etérea eternidad.
La vida, como un viaje incesante, se despliega entre esos vaivenes emocionales. Los recuerdos, como fieles compañeros, están atados a mi cintura, formando un lazo intangible que me conecta con épocas en las que me sentía tuyo. Esas vivencias eran un regalo incondicional de mi corazón, una entrega plena sin restricciones ni reservas.
Cierro los ojos y me sumerjo en la sinfonía de esos recuerdos. La melodía de nuestra conexión resuena con fuerza, como un eco eterno que perdura a pesar del tiempo y la distancia. Cada nota musical es un fragmento de nuestro pasado, tejido con los hilos invisibles del amor y la complicidad.
Entre las estrofas de este viaje por la memoria, encuentro momentos en los que éramos uno solo, fusionados en la intensidad de nuestras emociones compartidas. Esa fusión se convierte en un faro que ilumina mi presente, recordándome la capacidad de amar de manera completa y desinteresada.
La nostalgia, lejos de ser melancólica, se convierte en un faro de luz que guía mi presente. En cada compás de estas canciones convertidas en recuerdos, descubro la fortaleza de nuestro vínculo. Aunque el tiempo haya pasado y las circunstancias hayan cambiado, la esencia de esos momentos sigue vibrando en mi ser, recordándome la belleza efímera pero eterna del amor compartido.
Hay recuerdos tan queridos, tan amados, que su magia al cerrar los ojos los convierte en canciones. Y la vida se pasa entre ese ir y venir por nuestras emociones, atado el recuerdo a mi cintura, recordando cuando me sentía tuya y me daba sin condiciones.
© copyrigth | José Luis Vaquero
Quien no tiene una canción unida a cada momento de su vida?
Creo que todos tenemos una que nos define de un modo casi perfecto
Hay recuerdos que resuenan de una forma increible en cada uno de nosotros, las emociones lo hacen posible