Es cierto que la vida es un viaje sin pausa marcado por el paso inexorable del tiempo. Pero no siempre nos lleva destinos esperados…
«Recuerda que aunque las frases no sean muy largas encierran verdaderas historias a veces muy grandes». Te invito a leerme si tienes un par de minutos maximo tres incluso te invito a que crees tu propia historia apartir de la frase de inicio:
RELATO CORTO:
El Viaje Imprevisto: LA VIDA
Siempre había pensado que la vida era un tren directo hacia un destino conocido. Un viaje planificado, con paradas establecidas y un final previsible.
Sin embargo, la vida, con su ironía habitual, me demostró que los itinerarios más emocionantes suelen ser aquellos que se desvían de la ruta original.
Crecí soñando con ser escritora. Pasaba horas encerrada en mi habitación, dando vida a historias que solo existían en mi imaginación. La universidad, el primer trabajo en una editorial… todo parecía encajar en ese plan que había trazado desde niña.
Pero la vida, como un tren descarrilado, me llevó por un camino completamente distinto.
Un día, mientras revisaba manuscritos en la editorial, conocí a Alex, un ilustrador con una mirada que parecía leer tu alma.
Nos enamoramos perdidamente y, sin darnos cuenta, nuestras vidas se entrelazaron. Dejé mi trabajo en la editorial para viajar con él por el mundo, buscando inspiración en cada rincón del planeta.
Al principio, la aventura fue emocionante. Visitamos ciudades antiguas, playas paradisíacas, bosques misteriosos. Pero con el tiempo, la novedad se desvaneció y la realidad se impuso.
Alex era un alma libre, incapaz de compromisos. Yo, en cambio, anhelaba estabilidad y un hogar.
Cuando decidimos separarnos, sentí que el mundo se me venía encima. Había dejado atrás mi carrera, mi vida en la ciudad, todo por un amor que se había desvanecido.
Sin embargo, con el tiempo, comprendí que aquella experiencia, aunque dolorosa, había sido necesaria. Me había enseñado a ser flexible, a adaptarme al cambio y a confiar en mi intuición.
Regresé a mi ciudad natal con el corazón roto pero con una nueva perspectiva. Decidí retomar la escritura, pero esta vez desde una perspectiva más madura y realista.
Mis historias ya no eran solo sueños, sino fragmentos de mi propia vida, de mis experiencias y de mis aprendizajes.
La vida, como un tren en constante movimiento, nos lleva por caminos inesperados.
A veces, esos caminos nos conducen a lugares que nunca hubiéramos imaginado, pero siempre nos enseñan algo nuevo sobre nosotros mismos.
Y aunque el destino final sea incierto, el viaje en sí mismo es lo que realmente importa.
©Jose Luis Vaquero