Que te puedo contar… lo sabes y lo sé… Todos tenemos recuerdos que… nos alborotan el alma… Que nos invaden cuando les viene en gana, dejandonos asi a veces un poco del reves…
REFLEXIÓN
Es cierto que los recuerdos tienen un poder inmenso sobre nosotros. Pueden ser como una caja de Pandora que, al abrirse, desata una tormenta de emociones que nos sumergen en el pasado.
Esos recuerdos que “nos alborotan el alma” son los que marcan nuestra historia, los que nos definen y los que, a veces, nos hacen sentir vulnerables. Son como olas que vienen y van, llevándonos por momentos a un lugar de nostalgia, felicidad, tristeza o incluso dolor.
Es normal sentirnos “un poco del revés” después de revivir esos recuerdos. Es como si nuestro cuerpo y nuestra mente intentaran procesar de nuevo una experiencia que creíamos haber dejado atrás. Sin embargo, es importante recordar que los recuerdos son parte de lo que somos y que, aunque a veces sean dolorosos, también nos hacen crecer y aprender.
La memoria, ese laberinto de nuestra conciencia, nos sumerge en un constante diálogo entre el presente y el pasado. Los recuerdos, como espectros intocables, que emergen de las profundidades de nuestro ser, perturbando la tranquilidad de nuestra alma y obligándonos a confrontar las huellas imborrables de nuestras experiencias.
© copyrigth: Jose Luis Vaquero