Me dijo: no se qué has visto en mí, pero te puedo decir que nadie me había llamado paz despues de haber visto la guerra que hay en mí…
La dije:
En tus batallas, veo la fuerza de un guerrero y la resiliencia de un vencedor.
En tus cicatrices, encuentro la belleza de un alma que ha sanado.
En tu interior, percibo la paz que reside más allá del conflicto que aún vive en tí.
Eres fuerte porque tu paz no ignora las guerras, sino que las afronta y las comprende.
Y apesar de las luchas que hay en ti, te veo como un oasis de calma en medio de las tormentas, que hay en ti, eres un espíritu indomable.
© copyright | José Luis Vaquero