Hay que dejar ir a quien nunca hizo nada para quedarse
En la vida, a menudo nos aferramos a personas y situaciones que ya no nos sirven, que nos lastiman y nos hacen sufrir. Es como cargar con un peso que no nos corresponde llevar, como sostener una carga que nos agota y nos aleja de la felicidad.
Dejar ir a quien nunca hizo nada por quedarse con nosotros puede ser difícil, pero es un acto de valentía y amor propio. Es reconocer que merecemos más, que merecemos ser amados y respetados en igual medida.
Cerrar un ciclo en nuestra vida, ya sea por una relación que ha llegado a su fin o por un abandono inesperado, es un proceso que requiere tiempo y paciencia. Es permitirnos sentir el dolor, el duelo, pero también es aprender a perdonar y liberarnos de las emociones negativas que nos atan al pasado.
Deja ir a quien nunca hizo nada para quedarse
Al dejar ir a quien nos abandonó, estamos dando un paso hacia adelante en nuestro propio crecimiento y bienestar. Estamos diciéndonos a nosotros mismos que merecemos ser felices, que merecemos vivir en paz y armonía.
No alimentes la nostalgia por lo que ya no está, por lo que ya no volverá. Vive en el presente, en el aquí y ahora, y construye un futuro lleno de amor y felicidad. Perdona, no por ellos, sino por ti mismo, para liberarte de la carga del resentimiento y la rabia.
Dejar ir es un acto de amor propio. Es elegir la paz y la serenidad por encima del dolor y la tristeza. Es permitirnos ser felices y vivir plenamente, sin ataduras ni rencores.
Así que no tengas miedo de dejar ir. Confía en ti mismo, en tu fuerza y en tu capacidad para sanar. Y recuerda siempre que cerrar una puerta no es el final, sino el comienzo de algo nuevo y maravilloso que está por venir.
© copyright | José Luis Vaquero.
Hay que cerrar ciclos o etapas…
A quien no se preocupó de retenerte a su lado,decirle adiós y seguir con tu vida,no aferrarse a algo imposible que te aporte más dolor que felicidad.