No te voy a decir que mientes porque no dices la verdad, cuando tratas de evadir la realidad…
Si te puedo decir que tratas de ocultar lo que sientes, detrás de esa posición de fuerza que usas para no dejar a nadie entrar en ese espacio, en el que te sientes vulnerable a pesar de expresar seguridad.
No tengo intención de sacarte de tu propia oscuridad. Si de algo estoy seguro es de que nadie te puede salvar, salvo tu misma, pues nadie te empuja a saltar desde el precipicio quizás es tu inercia, tus dudas o que te rendiste sin más.
Solo te puedo decir a qui me tienes para lo que puedas necesitar. Úsame puedo ser tu ancla con la realidad.
No, no puedo hacerlo… No te voy a decir que mientes porque no dices la verdad.
REFLEXIÓN:
La frase “No te puedo decir que mientes porque no dices la verdad cuando vives fuera de la realidad” encierra una paradoja interesante. Afirma que no se puede calificar de mentira a una afirmación que no se basa en la realidad. Para comprenderlo mejor, profundicemos en el concepto de verdad y mentira:
Verdad: Se define como la conformidad entre lo que se dice y la realidad. La verdad se basa en hechos comprobables y objetivos.
Mentira: Se refiere a una afirmación falsa con la intención de engañar a alguien. La mentira se desvía de la realidad para crear una ilusión o manipular la percepción.
Ahora, consideremos la situación que se describe en la frase. Se habla de alguien que “vive fuera de la realidad”, lo que implica que sus ideas, creencias o percepciones no se ajustan a la realidad objetiva. En este contexto, las afirmaciones que esta persona hace no pueden ser consideradas mentiras en el sentido tradicional, ya que no se basan en hechos comprobables.
Sin embargo, no significa que estas afirmaciones sean inofensivas o irrelevantes. Al contrario, pueden tener un impacto significativo en las personas que las escuchan, especialmente si estas les creen. Las ideas distorsionadas pueden generar confusiones, alimentar creencias erróneas e incluso conducir a acciones negativas.
¿Qué hacer entonces?
En lugar de calificar como “mentiras” las afirmaciones de alguien que vive fuera de la realidad, es más preciso y útil:
- Identificar la distorsión: Es importante discernir qué aspectos de la afirmación se desvían de la realidad objetiva.
- Comprender la perspectiva: Intentar entender por qué la persona tiene esa visión distorsionada de la realidad. Puede ser debido a diversos factores, como experiencias personales, creencias culturales o problemas de salud mental.
- Dialogar y ofrecer información: Ofrecer información veraz y objetiva para ayudar a la persona a reajustar su percepción de la realidad.
- Mantener la empatía: Es importante recordar que la persona que vive fuera de la realidad no lo hace por malicia. Mostrar empatía y comprensión puede facilitar el diálogo y la búsqueda de la verdad.
En definitiva, la frase “No te puedo decir que mientes porque no dices la verdad cuando vives fuera de la realidad” nos invita a reflexionar sobre la complejidad de la verdad y la mentira. No todo lo que se dice es falso, ni todo lo que es falso se dice con mala intención. Lo importante es discernir, comprender y dialogar para acercarnos a la realidad compartida.
© copyright texto | José Luis vaquero
© copyright imagen | Oliver VM.
No puedo decir que esté bien hecho,pero a veces intentas ocultar la verdad a los demás por no hacerles daño o por no dar a conocer tu verdadero estado de ánimo,te haces la fuerte y aguantas el tirón.
A veces tergiversamos nuestra propia realidad para no adaptarnos a lo que nos aporta sufrimiento, falta de entendimiento o simplemente no queremos soportar. No digo que sea lo mejor para hacer pero quizas es una forma de no enfrentarse a los problemas