A veces cuando la vida me lo permite suelo pasear a la orilla del mar, me gusta pisar la arena mojada cuando cada ola se va.
Y me dejo llevar en mi pensamiento, por cosas que vienen y van, a veces sin sentido, otras que te alegran el alma e incluso a veces te hacen mal.
Perdido en ese momento de evasión dejándome llevar del pensamiento, sintiendo la humedad cálida en mis pies del frescor que dejas las olas cuando se van, impregnado de ese olor a mar que me incita a respirar, como un espejismo te vi entre las olas, con tu mirada clavada en mí y aun sin mover los labios, sin articular palabra te escuché en mi cabeza preguntar…
- ¿Qué te distrae que no te deja encontrar la calma en tu mar?
Me quede un poco perplejo casi sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo y me preguntaba a mí mismo ¿esto es real?
Y sin darme tiempo a pensar de nuevo me volviste a hablar
- Si, soy real.
No salía de mi asombro y pensé,
- … Pero puedo preguntar,
a lo que, sin mediar palabra, asentiste con un movimiento de cabeza afirmativo y una sonrisa que me llego a calmar.
NO, dude más, apareciendo en mi pensamiento casi automático, esa duda existencial tan común en toda la humanidad..
- “Tú que tienes por hogar, la profundidad del mar, dime si has visto un lugar, donde no existan cadenas.”
Casi sin darme cuenta me vi volando sobre la tierra dotado de unas impresionantes alas con una fuerza vital que no había sentido jamás y al sobre volar sobre un lago me vi reflejado en al agua, estaba dentro de un águila real.
Ella aún seguía en mi cabeza aun la podía ver sombre la arena del mar. ¿Escuche su voz que me decía?
- A él ¿Qué le preguntarías?
Me salió de forma automática no tuve ni que pensar…
- “Tú que vuelas sin cesar sobre la tierra y el mar dime si has visto un lugar donde nunca lluevan penas”
Sin obtener respuesta en un instante me vi, sobre un camino y sentado frente a mi pude ver a un peregrino… ella y el águila me incitaron a preguntar…
Le pregunte su nombre:
- ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas?
Me dijo:
- No lo sé, “mi nombre lo he perdido, creo que el hombre lo enterró en el olvido ¿Y tú dónde vas?”
Y sin darme cuenta conteste:
- Voy en busca de un lugar, donde pueda calmar mis tormentas, mi mar, donde pueda encontrar la calma, donde pueda ser yo sin causar heridas a los demás, quizás más allá de las estrellas, donde nace el arco iris.
y de nuevo me vi sentado en la arena frente al mar, ese mar que casi sin darme cuenta me había hecho ver quien soy, que es lo que más me preocupa en la vida y que es lo que busco por encima de todo y de verdad.
Encontrar ese lugar en mi dónde pueda quedarme a habitar, pudiendo ser yo, sin hacerme daño y sin causar daño a los demás.
Ser persona antes que mujer u hombre es mi guía en esta vida no quiero ser nada más.
Si has leído hasta el final, dime ¿con quién hablaba al principio?
© copyright | José Luis Vaquero
Este relato esta inspirado en una canción de Noel Soto, del cual he usado tres citas
Excellent reflection
Que bello escrito plasmada desde el fondo del Alma haveses es lo que más buscamos y lo tenemos tan cerca y tan lejos ..
Hablabas con una sirena.
Proyectaste en la arena a una sirena bañada por las olas del mar.
Al atreverte a preguntar dónde está ese lugar donde no existan cadenas saliste de tu cuerpo(viaje astral)para habitar el cuerpo de un águila real.
Le preguntaste por un lugar donde nunca lluevan penas y gracias a la sirena y al águila real pudiste ver a un peregrino al que le preguntaste su nombre.
Él te dió la respuesta que estabas buscando,no sabía cuál era su nombre
pues el hombre lo enterró en el olvido,no sabía hacia donde se dirigía,pero…
Te preguntó hacia donde ibas tú y tu respuesta te hizo ver quién eras y dónde estaba ese lugar en el que encontrar la calma tan necesaria para tí.
Todo está en nuestro interior pero debemos aprender a estar a solas con nosotros mismos para hallar las respuestas a nuestras preguntas,para reencontrarnos con nuestra esencia.
El mar me relaja,me hace olvidar,me transforma..
Hace demasiado que no voy
Lo necesito ya