En fin, borré los mensajes, como las huellas que una vez me llevaron a ti para no volver jamás sobre mis pasos…
Y me perdí tus abrazos. Navegando en ese mar absurdo de la estupidez de amarrarme a lo que me hace daño. Pero borré mis huellas, borré mis pasos.
Para que no puedas ver hacia dónde fui y no me sigas más, porque cada vez que estás mas cerca de mi, cada vez, si cada vez me haces más daño…
REFLEXIÓN
La ruptura como un acto de autoprotección. Borrar los mensajes y las huellas es una forma simbólica de cortar lazos con el pasado y protegerse del dolor. Es un intento de crear distancia emocional para sanar.
La conciencia del daño. La persona reconoce que la relación le causa sufrimiento, pero a pesar de ello, se siente atraída por ella. Este conflicto interno genera una gran confusión y angustia.
El miedo a la recaída. Al borrar los rastros, la persona busca evitar la tentación de volver atrás. Anticipa que la proximidad del otro podría reavivar sentimientos y dificultar el proceso de superación.
La búsqueda de la independencia. Al alejarse, busca encontrar su propio camino y construir una vida más sana y feliz.
El mar absurdo de la estupidez. Esta metáfora resulta especialmente potente. El mar simboliza la inmensidad del dolor y la confusión, mientras que la estupidez alude a la irracionalidad de aferrarse a algo que causa daño.
Es una lucha interna por liberarse de un vínculo, una relación tóxica. Es la busqueda por encontrar la fuerza para seguir adelante y construir un futuro más sano lejos de donde está.
© copyrigth: Jose Luis Vaquero