A veces no somos conscientes de nuestra toxicidad. Si has leido bien todos en una mayor o menor medida estamos sujetos a ella y hay a quien le llega como enfermedad.
La realidad es que seguramente hace tanto tiempo que vivimos defendiéndonos del mundo, de la sociedad e incluso de nosotros mismos que nos descuidamos y no vemos el mal que podemos estar haciendo a quien más queremos.
Nuestro legado personal, esos mini yos que pululan por la casa a los que nos entregamos sin condición, pero también los que dependen en su más tierna infancia y a veces mas hallá, totalmente de nosotros, no solo para sobrevivir sino también para entender y comprender el mundo que los rodea. Ese mundo que muchas veces también es incomprensible para nosotros y aún así tenemos que continuar en su lucha y a la vez en la nuestra, porque en realidad ambas es la misma.
¿A veces no somos conscientes de nuestra toxicidad.?
La maternidad, por definición, se asocia con el amor incondicional, el cuidado y el apoyo. Sin embargo, en algunos casos, esta figura materna puede convertirse en una fuente de dolor, daño emocional y toxicidad para sus hijos. La toxicidad materna, aunque invisible para muchos, deja profundas cicatrices en la psique de los hijos, afectando su autoestima, relaciones y desarrollo personal.
Seamos autovigilantes con nosotros mismos y con las personas de nuestro entorno más cercano identificando los patrones de nuestra posible toxicidad porque nuestra forma dever la vida puede afectar desde los más pequeños de la casa a todas nuestras relaciones personales, familiares y de trabajo.
Los patrones de comportamiento tóxico, pueden manifestarse de diversas maneras, incluyendo:
– Manipulación emocional: Chantaje emocional, culpabilización, victimización, control excesivo.
– Falta de empatía: Incapacidad para comprender o validar las emociones del hijo.
– Negligencia emocional: Indiferencia, falta de atención, desapego emocional.
– Abuso verbal: Insultos, humillaciones, descalificaciones.
– Abuso físico: Agresión física, castigos severos.
– Establecimiento de expectativas irreales: Presión para alcanzar logros inalcanzables, perfección constante.
– Comparaciones negativas: Comparaciones con otros hermanos o con la propia madre.
– Falta de límites: Intromisión en la vida personal del hijo, control sobre sus relaciones o decisiones.
Las Consecuencias de la Toxicidad Materna:
Los hijos criados en un ambiente tóxico por su madre experimentan una serie de consecuencias negativas, como:
– Baja autoestima: Sentimientos de inferioridad, inseguridad y falta de valor propio.
– Problemas de apego: Dificultad para formar relaciones sanas y duraderas.
– Depresión y ansiedad: Trastornos del estado de ánimo que afectan su bienestar emocional.
– Codependencia: Incapacidad para establecer límites saludables en las relaciones.
– Problemas de identidad: Dificultad para definirse y diferenciarse de la madre tóxica.
– Trastornos de la alimentación: Conductas alimentarias desordenadas como anorexia o bulimia.
– Autolesiones: Comportamientos de autoagresión como cortes o consumo de sustancias nocivas.
Sanando las Heridas de la Toxicidad Materna:
Sanar las heridas de la toxicidad materna es un proceso complejo y doloroso, pero no imposible. Existen recursos y estrategias que pueden ayudar a los hijos a superar el trauma y construir una vida sana y plena.
© copyright | José Luis Vaquero.
No soy la mejor madre del mundo,cometo errores,muchísimos,entre otras cosas porque no nací sabiendo ser madre,eso se aprende con la práctica.
Pero si es cierto que nunca he ejercido abuso de ningún tipo con mi hija,nunca le he infringido castigos severos,ni he usado el maltrato verbal ni físico,siempre he tenido mucha comunicación adecuada a su edad y ha funcionado.
No hemos prohibido nada ni su padre ni yo,hemos hablado con ella sobre los peligros de todo y las consecuencias de sus actos.
Mientras sea menor si padre y yo somos responsables de sus actos,pero en unos meses ella será la responsable de todo lo que diga y haga y estaremos apoyándola en todo excepto en lo que esté fuera de la ley,así la hemos educado.